EPISODIO 12 – La degeneración macular asociada a la edad

Hola y bienvenidos a este nuevo episodio de Canal Retina.

ENTRADILLA

Hoy vamos a hablar de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), una patología que es la principal causa de ceguera en personas mayores de cincuenta años en el mundo occidental. En España, la padecen más ochocientas mil personas. Y, en el mundo, se calcula que entre 20 y 35 millones de personas. Además, teniendo en cuenta el envejecimiento de la población, su crecimiento es exponencial.

Para hablar de la DMAE, contamos con la doctora Mari Carmen López Quero.

CANAL RETINA CUMPLE UN AÑO

Antes, deja que te diga que CANAL RETINA cumple un año. Este podcast vio la luz el 14 de mayo de 2019 con su primera emisión. Te damos las gracias, por estar ahí, por darle a Me Gusta y por compartir los episodios que hemos emitido. Te recordamos que puedes vernos en Youtube y escucharnos en las plataformas Ivoox, Spotify y Apple Podcast. Además, en la web www.canalretina.org también puedes encontrar todos los episodios. Para dejarnos cualquier comentario o sugerencia, puedes hacerlo en el correo electrónico [email protected].

SKYPE CONTRA EL CONFINAMIENTO

Ahora sí, comenzamos.

Este episodio lo volvemos a grabar a través de Skype, porque aún nos encontramos en situación de confinamiento por el COVID-19.

PERFIL DE LA ENTREVISTADA

Mari Carmen López Quero es doctora en Medicina, en la especialidad de Oftalmología desde 1992. Trabaja en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, en la Unidad de Mácula, con personas con DMAE y también con otras patologías de la retina.

  1. Buenos días, doctora. Gracias por aceptar nuestra invitación. La primera pregunta es obligada. ¿Qué es la DMAE y qué tipos hay?

Primero, permíteme felicitar a RETIMUR y a CANAL RETINA por la emisión de estos podcast, que son muy útiles para la divulgación.

La DMAE es un proceso degenerativo que, como su nombre indica, está asociado a la edad. En su origen, hay varios factores, es algo multifactorial, pero, sobre todo, la edad es el primer factor.

Tenemos dos tipos: la DMAE conocida comúnmente como seca, que es una enfermedad de desarrollo muy lento que, al paso de los años, puede conducir a una ceguera o a una pérdida de visión central, fundamentalmente. Se van atrofiando las células visuales hasta la pérdida total del centro.

La otra forma de la DMAE es la húmeda. En ella, aparecen características distintas. Los cambios son muy rápidos, en lugar de lentos como en la seca. Las pérdidas de visión pueden acontecer en plazos de quince días o un mes. Ahí, es fundamental ser rápidos y ágiles, para detectarla y tratarla.

Esas son las dos formas de la DMAE a las que nos enfrentamos y es muy importante que los pacientes sean conocedores de cuál es su estado.

  1. ¿Se refiere a una pérdida de visión central, fundamentalmente?

Como la palabra indica, macular se refiere a la zona anatómica que se encuentra en el centro de nuestro fondo de ojo. Ahí, precisamente, tenemos la mayor concentración de fotorreceptores y con la mácula es con la que tenemos la visión fina, vemos un libro cuando queremos leer, el móvil, la hora, la persona con la que hablamos, el número del autobús que llega a la parada… Multitud de tareas rutinarias las hacemos con nuestra mácula, con esa visión que nos llega desde la mácula.

  1. Hemos dicho que a partir de los 50 años se puede presentar. ¿De qué síntomas hay que estar alerta?

Los síntomas fundamentales de la DMAE son una visión distorsionada de la imagen o una mancha central. Puede que veamos las patas de una mesa como onduladas, con una forma irregular que no se correspondería con la que es. Y esa mancha central no te deja ver con claridad las letras de un texto. A veces, esa mancha es simplemente como una nube, una borrosidad hasta que pasa a ser una oscuridad total, depende de en qué fase estemos.

  1. ¿Tiene un origen genético esta patología?

La DMAE tiene un factor genética que ya es conocido y está demostrado. Hay varios genes que se implican en su origen. Pero, además, existen otros factores. Influye ser fumador, se ha demostrado que el consumo de tabaco tiene un papel importante. Influyen también los alimentos que tomamos, el estilo de vida y otro montón de cosas que se entrelazan en la génesis de la enfermedad. Aunque lo primero y fundamental son los años. Tú puedes tener los genes, pero si no te haces viejo, no vas a padecer DMAE.

  1. En ocasiones, ante un paciente, hemos oído hablar de las drusas. ¿Qué son y qué tienen que ver con la degeneración macular?

Las drusas son características de la degeneración macular. Llamamos drusas a unos residuos, unos restos que surgen del funcionamiento de las células visuales. Normalmente, tenemos ‘un servicio de limpieza’, entre comillas, que se encarga de que todos esos restos de la función celular se eliminen y no se acumulen. Eso funciona perfectamente cuando somos jóvenes. A medida que nos hacemos mayores, las células encargadas de esa limpieza se vuelven muy torpes y empiezan a acumularse los residuos que no son capaces de eliminar. Eso son las drusas, esos residuos que hacen como una especie de bolitas de un color como amarillo y que caracterizan a esta enfermedad por esa mala función celular.

  1. ¿Qué importancia tiene el diagnóstico precoz

El diagnóstico precoz es fundamental en esta patología, porque nos va a orientar sobre qué cosas podemos hacer. Si diagnosticamos a un paciente con DMAE seca, sabemos que tenemos un margen de años, pero podemos corregir sus factores de riesgo, o por lo menos alguno, porque no podríamos corregir sus genes, pero sí podemos decirle que no fume más o que haga un poco de ejercicio o que introduzca en su dieta alimentos saludables para la mácula. Podríamos intentar mejorar aquellos factores que contribuyen al desarrollo de la enfermedad, lo que nos ayudaría a retrasarla.

En el caso de la DMAE húmeda, es muchísimo más importante el diagnóstico precoz. Si tenemos esa imagen distorsionada en uno de nuestros ojos, tenemos que ir enseguida al médico. Existen tratamientos y, si los aplicamos rápido, obtendremos una mejor visión como resultado final.

  1. Aunque lo abordaremos en otro episodio más delante de nuestro podcast, ¿qué diferencias y qué similitudes hay entre la DMAE y la degeneración macular juvenil, la enfermedad de Stargardt?

Lo primero es que se producen en franjas de edades distintas. Las dos comparten el daño macular y, al final del camino, la visión central se ve afectada. El paciente de Stargardt empieza a notarlo incluso por debajo de los veinte años, mientras que la DMAE aparece a partir de los 50 años.

Además, Stargardt es una enfermedad genética, su causa fundamental son los genes. Si tu padre y tu padre son portadores, tú tienes un 25% de probabilidades de padecerla.

En la DMAE, tenemos varios genes, pero solo teniendo esos genes, no vas a tener la enfermedad. Han de confluir otras circunstancias para que lleguemos a padecerla. En la DMAE, hay un margen de tiempo muy largo que nos permite detectarla y también tratarla, puesto que existen herramientas de las que todavía no disponemos para la enfermedad de Stargardt.

  1. ¿Qué tratamientos existen en la actualidad para la DMAE?

En el caso de la forma seca, tenemos muy poquitas opciones. En este momento, solo podemos recurrir a suplementos nutricionales, en los que obtenemos proteínas y sustancias que son facilitadoras de la función macular. Son compuestos con teína y ceasantina y también Dha y el Omega 3, del que todo el mundo hemos oído hablar. Tienen un efecto enlentecedor cuando estamos en una fase intermedia, no en el inicio, donde aún no tienen efecto estos suplementos nutricionales. Para fases avanzadas de la DMAE seca, todavía no tenemos recursos terapéuticos.

En la forma húmeda, tenemos otro plan. Hay inyecciones intravítreas, que nos permiten mantener la visión inicial, desde que empezamos con las inyecciones, en un 90% de nuestros pacientes. Por eso, si empezamos a tratar a pacientes con buenas visiones, tenemos la esperanza de que las mantengan hasta el final. Es importante ser rápidos en el inicio.

  1. Estamos en una situación excepcional por el COVID-19 y sabemos que acudir a un hospital es complicado y resulta difícil acudir a la visita con el oftalmólogo. ¿En qué medida está afectando esto a los pacientes que, por miedo u otra circunstancia, se quedan en casa? Hay gente que está incluso llegando a perder visión por no acudir a su tratamiento. ¿Cómo lo llevan en el hospital de la Arrixaca donde trabaja?

Lo que hemos hecho el equipo de Oftalmología es atender a las recomendaciones que las sociedades tanto a nivel español como a nivel panamericano. Estas sociedades han emitido sus estudios y sus normas y tratamos de cumplirlas a rajatabla.

Tenemos que diferencia dos ámbitos. Primero, el paciente que acude a la consulta. Y, segundo, el que acude a su inyección intravítrea. En el primer caso, se está potenciando mucho la atención telefónica. Llamamos a nuestros pacientes, les preguntamos si han notado cambios y si va todo bien. Damos prioridad a aquellas personas que nos dicen que ven menos y que quieren que las veamos pronto.

Los casos que son urgentes, porque es un comienzo, una persona que, de repente, se da cuenta de los síntomas o los que claramente están perdiendo visión son los primeros que deben venir.

Recomendamos que, si es posible, vengan solos, para reducir la afluencia de personas. En caso de que no puedan ir solos, que solo vayan con un acompañante. Todos deben llevar mascarillas quirúrgicas y utilizar los dispensadores de geles que hay en el hospital. Se hace una limpieza especial cada vez que sale un paciente y tiene que entrar otro. Son medidas de prevención de contagios que estamos aplicando al cien por cien.

Para los pacientes que deben ir al quirófano, porque les toca el pinchazo, también estamos aplicando las medidas rigurosas de limpieza e higiene y de eliminar la posibilidad de coincidir con otros pacientes en la espera. Los protocolos se están aplicando al máximo para que el riesgo de contagio sea mínimo. Lo estamos haciendo todo muy bien y animó a nuestros pacientes a que acudan a su tratamiento por la importancia que tiene no abandonarlo.

  1. ¿Cómo influye el modo de vida en la DMAE?

Pues influye en gran medida. Ya hemos hablado del tabaco, es muy importante dejarlo, porque puede hasta duplicar la incidencia de la enfermedad. No estamos hablando de algo banal.

En cuanto a la dieta, la mediterránea es buenísima. Rica en frutas y verduras, sobre todo las verdes, como el brócoli, las coles de Bruselas y también los frutos secos, el pescado azul, los huevos. Hay que intentar evitar las comidas preparadas de los supermercados, porque perdemos calidad en los nutrientes y hay que cuidar ese aspecto.

Además, aquellas personas que saben que tienen familiares con DMAE, porque su hermano o su primo o que su padre murió ciego sin saber muy bien por qué, que tengan cualquier sospecha deben ir a pasar una revisión con el oftalmólogo y comprobar si existe algún signo o no de la enfermedad y hacer un seguimiento adecuado.

Igualmente, es importante hacer un ejercicio físico moderado y adecuado con la edad y la situación personal, pero salir y hacer algo.

  1. Para finalizar, ¿hay algún ensayo o alguna investigación para acabar con esta enfermedad?

Hay un ensayo de un fármaco para la forma seca que está en fase dos, eso quiere decir que todavía le quedan años de investigación, pero los resultados preliminares son buenos y tenemos mucha esperanza e ilusión en que podamos tratar las DMAE secas. Ese fármaco es para enlentecer la enfermedad. Debe quedar claro que ninguno de los tratamientos tiene un poder curativo, simplemente un efecto de freno frente a la evolución de la enfermedad.

Para la forma húmeda, también surgen fármacos nuevos. En Estados Unidos, se ha aprobado muy recientemente un nuevo fármaco que ya está empezando a usarse allí y que esperamos que pronto llegue a Europa y podemos tenerlo también aquí. Es también una inyección intravítrea.

Y es están investigando, también para la forma húmeda, dispositivos de liberación lenta, que resulta interesante, porque podríamos tener el fármaco para el ojo sin tener que estar pinchando y volviéndose a pinchar. Es algo que se queda dentro de tu ojo, como una pequeña capsulita, que poco a poco se va diluyendo como un gel vítreo y, durante meses, puedes tener ese efecto prolongado sin volver una y otra vez a las inyecciones. Es algo que se está investigando, pero en lo que tenemos muchas expectativas.

Y ya un poco más remoto, está la utilización de células madre, que aparecen para muchas enfermedades de la retina, como las distrofias y otras patologías, pero sirven también para la DMAE, porque, al final de la enfermedad, hay una muerte celular. La posibilidad de utilizar células jóvenes que trabajen sustituyendo a las que hemos perdido es también un horizonte muy ilusionante para la DMAE, el Stargardt, la Retinosis y otras patologías.

DAVID: Que interesante y que importante que dedique tiempo y esfuerzo a la investigación, en especial, en estos tiempos en los que toda la sociedad busca una curación contra el COVID-19. Un esfuerzo en investigación que desde las organizaciones de pacientes llevamos reclamando muchos años.

Gracias doctora.

Llegamos así al final de esta nueva entrega.

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Además, me gustaría comentarte que hay una campaña que se puesto en marcha hace dos meses, que se llama ‘Mucho por ver’ y que está relacionada con la DMAE. Su página web es www.muchoporver.com y en ella puedes encontrar mucha información sobre esta patología. Se trata de una campaña de sensibilización y para dar a conocer esta enfermedad a la sociedad en general. Os recomendamos visitarla.

Te emplazamos a dentro de un mes y esperamos que se haya acabado el confinamiento.

Recuerda que RETIMUR mira por ti.

Podcast producido con la colaboración de Logo Novartis


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